Además de su horror a la bebida, aborrece la fealdad física. Cuando lee el Testamento de Villon, solo puede pensar en lo fea que parece la belle heaumière, arrugada, sucia y malhablada. ¿Para ser artista hay que amar a las mujeres de manera indiscriminada?
(J.M. Coetzee, Juventud, Debolsillo 2009, 205 pág.)
2 comentarios:
¡Qué bueno! ¡Cómo me gusta Coetzee! No me acordaba de este comentario en concreto, aunque sí siempre ese verlo todo en perspectiva de alimentar y no aniquilar su 'arte'
Es mmagnífico, un autor para disfrutar.
Saludos!
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