es que policías bien pagados te obliguen a echar una carrera
o tiren de la porra -con ambulancias próximas.
No hablo de las veces en que te juegas la vida
porque policías y soldados mal pagados
tienen órdenes de disparar y están dispuestos a hacerlo
Hablo de una desproporción de fuerzas tan grande que el poder
se permite el lujo de la tolerancia
mientras digitaliza los datos por si acaso)”
(Jorge Riechmann, El día que dejé de leer EL PAIS, Ediciones Hiperión 1997, 123 pág.)
2 comentarios:
Ey, muy interesante tu bloc, también lo acabo de descubrir. Te enlazo.
Te doy la bienvenida. Saludos.
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