Está tumbado en la hamaca. Ve el cielo azul a través de las gafas de sol. Si pone atención puede oir las olas a lo lejos. Pero al tocar el brillo anaranjado del vaso frío es cuando descubre que ya no la echa de menos.
Todo en la soledad es de demonio.Necesito el infierno para vertecomo eres.Escrita en las paredes de una casadeshecha en miles de años con su sombragrabada en un basalto que respira.Y tus cabellos verdes que parecenáureos.
Juan Eduardo Cirlot, Del no mundo, Siruela
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