19/6/14

La lengua en tus nalgas, en
el delicado hedor, cegados
los ojos, sumido en avenidas
de voces, en callejas de barro,
tu cara alejada de mí, tus manos
deslumbradas en el placer
de tus muslos, ajena a mí,
a este éxtasis que te ignora,
hundido en el limo del pozo,
en vilo, descendiendo, aniquilado.

(Juan Antonio Masoliver Ródenas)

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