“El catolicismo, pensaba yo, tiene que redescubrir la técnica de la revolución; aquí, entre esas pálidas violinistas, esa técnica no se practica. Y esas mujeres prósperas y entrometidas que forman grupitos separados de los obreros por unos cuantos decímetros de tierra polvorienta y un abismo espiritual, son almas buenas, estoy seguro, pero un poco demasiado ansiosas en su afán de que el obispo sea bien recibido y no se fatigue excesivamente. Me preguntaba cómo habrían reaccionado ante las palabras de Santiago (citadas por Pío XI en una de sus últimas encíclicas): “Idos ahora, hombres ricos; llorad y gemid por las desdichas que os acaecerán. Vuestras riquezas están corrompidas, y vuestras ropas apolilladas. Vuestro oro y vuestra plata son cancerosos; y su orín será un testimonio contra vosotros, y comerá vuestras carnes como un fuego...”. Ésas son las palabras de la revolución; no la vaga promesa de que los libros mayores serán inspeccionados (¿cómo podría confiar en un libro mayor un obrero mexicano que vive con treinta y cinco céntimos al día?).”
Graham Greene, Los caminos sin ley, Edhasa 2007, 377 páginas
Graham Greene, Los caminos sin ley, Edhasa 2007, 377 páginas
Graham Greene visita México durante los años 30 y queda gratamente horrorizado. El México de la crueldad de las películas de Buñuel.
2 comentarios:
No conocía este libro de Greene pero parece que el catolicismo y los dilemas morales vuelve a protagonizar sus páginas. Curioso que su visita a México fuera el desenlace de sus impresiones.
Un abrazo.
Así es, y además se muestra como católico militante, sin ambigüedades.
Saludos.
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