 Esta mañana la panadería de abajo no ha abierto. Cuando la inauguraron, hace 6 o 7 años, cada día se llenaba el edificio de un atufante olor a horno. Luego fue el zumbido de la cámara frigorífica por la noche y el estruendo de las 3 persianas metálicas al levantarlas cada domingo a las 8. Hoy es el primer domingo que no abre en 7 años. Me ha venido todo esto mientras leía el principio de Amsterdam: un grupo de yuppies británicos se reúnen en un entierro. Son de ideas progresistas pero se han forrado con las políticas conservadoras. Uno de ellos recuerda a la difunta, una crítica gastronómica, en una fiesta: ante una mesa de billar, en bragas y sujetador, sosteniendo la bola roja, parodiando a Eva con la manzana.
 Esta mañana la panadería de abajo no ha abierto. Cuando la inauguraron, hace 6 o 7 años, cada día se llenaba el edificio de un atufante olor a horno. Luego fue el zumbido de la cámara frigorífica por la noche y el estruendo de las 3 persianas metálicas al levantarlas cada domingo a las 8. Hoy es el primer domingo que no abre en 7 años. Me ha venido todo esto mientras leía el principio de Amsterdam: un grupo de yuppies británicos se reúnen en un entierro. Son de ideas progresistas pero se han forrado con las políticas conservadoras. Uno de ellos recuerda a la difunta, una crítica gastronómica, en una fiesta: ante una mesa de billar, en bragas y sujetador, sosteniendo la bola roja, parodiando a Eva con la manzana.1/3/09
Amsterdam (Ian McEwan)
 Esta mañana la panadería de abajo no ha abierto. Cuando la inauguraron, hace 6 o 7 años, cada día se llenaba el edificio de un atufante olor a horno. Luego fue el zumbido de la cámara frigorífica por la noche y el estruendo de las 3 persianas metálicas al levantarlas cada domingo a las 8. Hoy es el primer domingo que no abre en 7 años. Me ha venido todo esto mientras leía el principio de Amsterdam: un grupo de yuppies británicos se reúnen en un entierro. Son de ideas progresistas pero se han forrado con las políticas conservadoras. Uno de ellos recuerda a la difunta, una crítica gastronómica, en una fiesta: ante una mesa de billar, en bragas y sujetador, sosteniendo la bola roja, parodiando a Eva con la manzana.
 Esta mañana la panadería de abajo no ha abierto. Cuando la inauguraron, hace 6 o 7 años, cada día se llenaba el edificio de un atufante olor a horno. Luego fue el zumbido de la cámara frigorífica por la noche y el estruendo de las 3 persianas metálicas al levantarlas cada domingo a las 8. Hoy es el primer domingo que no abre en 7 años. Me ha venido todo esto mientras leía el principio de Amsterdam: un grupo de yuppies británicos se reúnen en un entierro. Son de ideas progresistas pero se han forrado con las políticas conservadoras. Uno de ellos recuerda a la difunta, una crítica gastronómica, en una fiesta: ante una mesa de billar, en bragas y sujetador, sosteniendo la bola roja, parodiando a Eva con la manzana.
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2 comentarios:
Tengo este libro entre los próximos para leer, aunque casi me ha gustado más tu rememoración de la panadería que la historia del libro. En fin, ya veremos qué tal es.
Saludos.
Está bien McEwan, pero de todas formas yo sigo prefiriendo a su compañero de generación, el gran Julian Barnes.
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