19/11/09

Angeles caídos

Según los teólogos, los ángeles no son eternos. Sólo Dios es eterno, y Él creó los ángeles en un momento de la eternidad, anterior a la existencia del tiempo. En consecuencia, y aunque de hecho los ángeles son inmortales, nada garantiza que hayan de existir eternamente, salvo la voluntad de Dios. En cualquier momento Dios podría eliminar a uno, o a varios, o a todos, con causa o sin ella. Los teólogos afirman que tal cosa es improbable y que no ha ocurrido nunca. Sólo una leyenda poco fiable, seguramente derivada de un error de traducción, refiere el caso excepcional de Rahab. Rahab era el ángel tutelar de Egipto cuando el pueblo judío, guiado por Moisés, emprendió el éxodo hacia la Tierra Prometida. Aun sabiendo que Jehová estaba al lado de Moisés y del pueblo elegido y que, por consiguiente, llevaba todas las de perder, Rahab se negó a abandonar a quienes habían sido confiados a su protección, y en el desastroso episodio del Mar Rojo, pereció en el ejército del Faraón.

(Eduardo Mendoza, Mauricio o las elecciones primarias)

14/11/09

A la muerte de López Vázquez

Mi abuelo, claro, sería Pepe Isbert; mi padre, por supuesto, ese pedazo de hombre que era José Bódalo; mi madre, la dulce Elvira Quintillá; mi portero de finca, Cassen; mi tía soltera y sentenciosa, la gran María Luisa Ponte; las amigas de mi tía soltera, Lali Soldevilla, Mary Carrillo y Luisa Sala; la chacha, Florinda Chico; otra chacha, Gracita Morales; esa vecina jaquetona que llevaba un sostén de los que hacían los pechos picudos sería Emma Penella; Tony Leblanc, el amigo liante de mi padre; la secretaria de mi padre para alarma de mi madre, Conchita Velasco; mi tío soltero al que le gustaban las chicas de revista, Manuel Aleixandre; Paquito Valladares, el solterón que recita en las bodas; el director del colegio, Agustín González; el cura, Sazatornil; José Luis Ozores, la cara franca y alegre de cualquier trabajador manual; las vecinas elegantes, las Gutiérrez Caba y Rafaela Aparicio, que podría ser una abuela o una chacha, gritando a la hora de comer: "¡Que se enfrían las cocletas!".

(Elvira Lindo, El reparto de mi vida)

El bebé de Miriám

Título: En el nombre de la madre ( In nome della madre ) Autor: Erri de Luca Año de aparición: 2006 Edición: Ediciones Siruela, 107 pági...