La inmensa mayoría de los socialdemócratas europeos de mediados del siglo XX, a pesar de la distancia que los separaba de Marx y sus herederos reconocidos, sostenían como artículo de fe que el capitalismo era inherentemente disfuncional y que el socialismo era superior tanto moral como económicamente. Lo que los distinguía de los comunistas era su renuencia a comprometerse con la inevitabilidad de la desaparición del capitalismo o con la idea de acelerar dicha desaparición mediante sus propias acciones políticas. Su tarea, según habían llegado a concluir después de décadas de Depresión, división y dictadura, consistía en utilizar los recursos del Estado a fin de eliminar las patologías propias de las formas de producción capitalista y el funcionamiento incontrolado de la economía de mercado. En definitiva, construir buenas sociedades en lugar de utopías económicas.
(Tony Judt, Postguerra, una historia de Europa desde 1945)
François Mitterrand y Willy Brand
2 comentarios:
Como intentar un huerto ecológico en un país de insecticidas... Nunca será ecológico de verdad.
Cierto, pero durante algún tiempo funcionó.
Saludos.
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