Una historia puede explicarse muchas veces y de muchas maneras. Michel Tournier toma la historia de Robinsón Crusoe y la vuelve a explicar en Viernes o los limbos del Pacífico (Ed. Alfaguara). ¿Hacía falta? ¿No bastaría con releer la obra que Daniel Defoe dejó en 1719? En 1971 (ojo al juego numerológico) Tournier nos presenta un Robinsón posmoderno para lectores de después del colonialismo y la 2ª Guerra Mundial. Lectura recomendable, no decepciona.
"El cenagal, al descubrirle sus propias dificultades para replegarse sobre sí mismo y para dimitir frente al mundo exterior, le enseñó que él -mucho más de lo que antes había creído- era el hijo del insignificante pañero de York."
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