En "Extrañamiento del mundo", Sloterdijk piensa al hombre como mediocridad insatisfecha, semidepresiva, como una vitalidad atontada que triunfa, como un animal triste que se menosprecia, hundido en la ambigüedad del propio yo. Y hallará en la música el abastecimiento de la necesidad de huida del mundo y en las drogas, un fallido intento para derribar la ontología de la trivialidad.
De modo tal que casi sería posible pensar en la "evolución" del hombre occidental como la historia de su alejamiento del mundo externo y del mundo interno, como una historia de la fantasía. De modo que gracias a la fantasía y, si se quiere, a la sublimación, es que los mecanismos neuróticos han tenido originariamente una función adaptativa sin la cual hubiese sido imposible el desarrollo tecnológico y científico así como el de las artes.
En la ideología clásica y su crítica, el hombre estaba subyugado por las necesidades, sujeto a ellas y se refugiaba en las ilusiones. Ahora ocurre justo lo contrario, vivimos en el lujo y simulamos las necesidades. Es una "comedia de la necesidad".
(Fragmento del artículo de Adolfo Vásquez Rocca publicado en filosofia.net)