30/9/10

Zapatos italianos

Ya a muy temprana edad decidí ser médico. Fue el día en que cumplí quince años y, ante mi asombro, mi padre me invitó a comer en un restaurante. Él, que era camarero y que, como manifestación de una batalla permanente por su dignidad sólo trabajaba durante el día, nunca por la noche. Si le ordenaban que cambiase al turno de tarde, se despedía. Aún recuerdo los accesos de llanto y de desasosiego de mi madre cuando, alguna que otra vez, llegaba a casa y nos comunicaba que había dejado el trabajo. Pero aquel día me llevó a comer a un restaurante. Oí que mis padres discutían sobre si era conveniente que yo fuese o no. La disputa terminó cuando mi madre se encerró en el dormitorio, cosa que solía hacer si las cosas se le ponían en contra. Durante periodos de dificultad extrema, se pasaba casi todo el tiempo encerrada en su habitación, donde siempre olía a lágrimas y a lavanda. Yo dormía en el sofá de la cocina y, en esas ocasiones, mi padre suspiraba y extendía un colchón en el suelo.

A lo largo de mi vida me he relacionado con muchas personas que lloraban. Durante los años que ejercí la medicina, me enfrentaba a los moribundos y a quienes se veían obligados a aceptar la enfermedad incurable de algún pariente. Pero jamás observé que sus lágrimas exhalasen un perfume similar al de las lágrimas de mi madre.

(Henning Mankell, Zapatos italianos, Tusquets editores 2007, 370 páginas)

Una novela sobre Suecia, la vejez y la muerte. Ningún personaje es escritor ni muere asesinado. Entretenimiento para adultos.

16/9/10

Literatura en números

Dijous de la setmana passada, la històrica distribuïdora Arc de Berà va comunicar que tancava a les gairebé cent quaranta editorials amb què treballava: aproximadament el 25% del sector editorial català.

Dilluns, 13 de setembre, l'Arc de Berà va prendre oficialment la decisió de tancar en una junta general extraordinària. La distribuïdora, fundada el 1971, ha deixat sense pagar a les editorials els diners que corresponen a les vendes de Sant Jordi. L'Arc de Berà diu que no fa una suspensió de pagaments, sinó un tancament ordenat, i que tothom acabarà cobrant.


(Extracto de la noticia publicada en vilaweb.cat)

15/9/10

¿Quién mató a Rosendo?

“Vivíamos en un galponcito forrado con madera y se criaban chinches y toda una serie de cosas, y la vieja decía que más vale hacer una pieza en el terreno que había comprado el viejo, aquí en Gerli. Y él se decidió un día y con un amigo levantaron la pieza. Las chapas alcanzaron para el techo, que es lo fundamental, y el resto lo cerraron con una lona. Esa noche llovió y tuvimos que andar por arriba de las camas, porque se había inundado todo y era un terreno que no tenía zanja. Después nosotros mismos hicimos la zanja, y la pieza se fue terminando de a poco con ladrillos, y la cocina con chapas de cartón. Había muchas miserias en aquel entonces, y las sigue habiendo. Naturalmente, hay veces que cuando los padres conversan, no se dan cuenta de que los hijos están escuchando, o se dan cuenta, pero no saben en el subconsciente todo lo que puede quedar en un ser humano, ¿no? El viejo se daba maña para todo, colocaba mosaicos, levantaba paredes, hacía fino y grueso, pero bajo patrón no aguantaba mucho tiempo. Cambiaba de trabajo como de camisa, porque decía : “A mí no me van a explotar estos hijos de puta”, y a veces contaba cómo eran las cosas anteriormente, cómo algunos se dejaban explotar, cómo algunos resistían la explotación, cómo se rebelaban. Él, más bien trabajó de changa, claro que a veces terminaba vendiendo empanadas. Él tenía su rebeldía, naturalmente, era peronista, pero no era un hombre armado ideológicamente.”

(Rodolfo Walsh, ¿Quién mató a Rosendo?, 451 editores 2010, 196 páginas. Prólogo de Isaac Rosa)

El reportaje sobre el asesinato de un dirigente sindical que acaba siendo literatura. Una especie de Cortázar sin veleidades estéticas.

10/9/10

Café Karnak

De pronto, mi mente empezó a ser dominada por una nueva forma de pensar, motivada sobre todo por una intensa tristeza. Me dije a mí mismo: es cierto que nuestra vida está llena de sufrimiento y elementos negativos, pero en general, esos elementos no son más que los desperdicios que deben ser rechazados por la inmensa y elevada estructura. No deben cegarnos de la grandeza del nacimiento y expansión de nuestra nación. ¿Somos conscientes de lo que las masas de El Cairo sufrieron cuando Saladino obtuvo su decisiva victoria sobre los Cruzados? ¿Podemos imaginar el sufrimiento de los campesinos egipcios cuando Muhammad Ali creó un imperio egipcio? ¿Podemos hacernos una idea de cómo era la vida cotidiana en la época del Profeta, cuando la nueva religión separó a padres, hijos, hermanos y esposos, rompiendo las relaciones íntimas y sustituyendo las tradiciones arraigadas por una absoluta agonía? Por tanto, ¿la creación de una nación científica, socialista e industrial, con el mayor poder en Oriente Medio, no merece que soportemos este sufrimiento por su causa? Mediante esta lógica, me sentía capaz de convencerme de que la muerte era necesaria, incluso beneficiosa.

(Naguib Mahfuz, Café Karnak, Martínez Roca 2001, 142 páginas)

¿Cómo ha llegado el mundo árabe hasta este punto? Esta breve ficción, publicada en los primeros 70, puede ilustrar el tema.

4/9/10

La jungla polaca

"Todos los días iba a pie a Radomsko, al instituto. Doce kilómetros entre ida y vuelta. Desde 1948 había estado afiliado a la Unión de Juventudes Polacas. Activista y propagandista nato, fue de pueblo en pueblo fundando células, organizando reuniones, pronunciando discursos.

Después del examen de Estado fue a Nowa Huta. Compareció ante la Organización Nacional de Servicio a Polonia (ONSP), donde se presentó como obrero voluntario. Dirección: brigada 39, Pleszewo. Trabajo: excavar un canal. Herramientas: una carretilla y una pala. Viven entre nosotros muchas personas que recuerdan aquel año y aquella Nowa Huta. Algunas recuerdan Pleszewo, aquel canal y la brigada 39 de la ONSP. La brigada estaba hundida en el lodo hasta las rodillas y mil pares de botas cargaban día y noche el peso de mil kilos de arcilla. La brigada dormía en tiendas de campaña, comía a la intemperie, se emborrachaba con el vino barato bautizado “Encanto de EAE” (Explotación Agrícola del Estado), a 9,40 la botella. La brigada trabajaba con terca obstinación; sumergida en el barro, no paraba de avanzar. Cada vez que venía una delegación extranjera le enseñaban la brigada treinta y nueve."


(Ryszard Kapuscinski, La jungla polaca, Anagrama 2008, 204 páginas)

Célebre por sus reportajes sobre el Tercer Mundo (Ebano), Kapuscinski también escribía sobre su país. Esta colección de artículos y algún relato es irregular pero interesante.

El bebé de Miriám

Título: En el nombre de la madre ( In nome della madre ) Autor: Erri de Luca Año de aparición: 2006 Edición: Ediciones Siruela, 107 pági...