21/2/09

Antéchrista (Amélie Nothomb)

Sabía que no la conocería. No era capaz de dirigirme a ella. Esperaba siempre a que los demás me abordasen: nadie venía nunca.
La universidad era eso: creer que te vas a abrir al universo y no encontrar a nadie.


Hasta mi encuentro con Christa, una de mis felicidades de adolescente había consistido en leer: me acostaba en la cama con un libro y me convertía en el texto. Si la novela era de calidad, me transformaba en ella. Si era mediocre, no dejaba de pasar horas maravillosas delectándome con lo que no me gustaba, sonriendo con las ocasiones perdidas.

La lectura no es un placer sustitutivo. Vista desde el exterior, mi existencia era esquelética; vista desde el interior, inspiraba lo que inspiran esos apartamentos cuyo único mobiliario es una biblioteca suntuosamente repleta: la envidia admirativa hacia quien no se entorpece con lo superfluo y rebosa de lo necesario.
Las historias de dominantes y dominados me molestaban más de lo que podía expresar. Era quizás por esa razón por lo que nunca había tenido ni amigos ni amigas: había visto demasiado, en el instituto y fuera, el noble nombre de amistad relacionado con oscuras servidumbres no consentidas, dispositivos de humillación sistemática, golpes de Estado permanentes, repugnantes sumisiones o procedimientos de chivo expiatorio.

Los que creen que leer es una fuga están muy lejos de la verdad: leer es ponerse en presencia de lo real en su modo más concentrado - lo cual, extrañamente, es menos horrible que tener que tratar con sus continuas disoluciones.

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(Traducción de fragmentos de Antéchrista)

11/2/09

Rodolfo Walsh

Aunque pueda resultar sorprendente a cualquier ciudadano de Latinoamérica medianamente culto, en España un artículo sobre Rodolfo Walsh tiene que empezar diciendo que se trata de un escritor argentino que nació en 1927, al que mataron cincuenta años más tarde en desigual combate, empuñando una 22 frente a unos milicos que lo emboscaron con armas largas; hay quien asegura que no sobrevivió a la balacera y quien sostiene que, herido y todo, fue chupado y hecho desaparecer por la dictadura militar argentina al cumplirse el año del golpe militar de 1976. Pero si traigo hoy a colación a Rodolfo Walsh no es sólo por una cuestión literaria ligada a la aparición en España de uno de sus libros emblemáticos, Operación Masacre, sino porque la figura de Walsh trasciende la literatura, la enriquece y la desfigura al mismo tiempo, obligándonos a plantearnos cuestiones muy vivas que están mucho más allá de una disputa pedante sobre si Walsh fue el anti-Borges, como refiere Osvaldo Bayer, o fue el más auténtico y actual de los escritores argentinos del siglo XX, cosa difícil de admitir tratándose de una época y una literatura quizá sin parangón en la lengua castellana. Entre otras cosas porque la segunda mitad del siglo XX produce una traslación hacia Latinoamérica del castellano como lengua literaria, que podría resumirse de manera concisa y radical: de allí sale mejor literatura y allí se habla mejor castellano. La literatura española (made in Spain) de la segunda mitad del siglo XX me parece un monótono desierto con jaimas.

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(Extracto de ¿Qué hacemos con Rodolfo Walsh?,
artículo de Gregorio Morán aparecido en La Vanguardia el 8 de noviembre de 2008)

10/2/09

Proletariado y política

El realismo proletario posee desde un principio dos dimensiones que se contradicen. El primer realismo dice: para que tú recibas lo que mereces, tienes que rebelarte; sólo saldrás de la miseria si empiezas a participar en el juego del poder. El segundo realismo dice: política significa convertirse en víctima; la política tiene lugar en una altura en la que mis intereses inmediatos son una pura nada, donde, según Lenin, los hombres se cuentan por millones. En el realismo del trabajador vive una desconfianza ancestral y profundamente arraigada frente a la política. Toda la gente pequeña, y no sólo los trabajadores en sentido más estricto, conocen el impulso de sacarle la lengua. Por eso, en el realismo popular, los chistes sobre políticos, incluidos los chistes sobre los bonzos del propio partido, han sido siempre aquellos con los que se ha podido reír más sanamente. La política nace de un clinch social que solamente puede procurar satisfacción a aquellos que, a priori, son los vencedores: a las élites, a los ricos, a los ambiciosos, a aquellos que en el obrar político se sienten como los mejores. Por consiguiente, la animación socialista del trabajador a comprometerse políticamente significa siempre una mordaza parcial del realismo proletario. Las grandes politizaciones de masas presuponen guerras o arraigan en una dirección de masas de cuño fascistoide y teatral. Constituye una de las más grandes ironías de la historia el que ningún proletariado occidental haya sido capaz de originar de un modo tan espontáneo y disciplinado movimientos de huelga general como los socialistas polacos del año 1980, cuya huelga no expresaba precisamente una voluntad de poder, sino la voluntad de disminución del sufrimiento por el poder.
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(Extracto de Crítica de la razón cínica de Peter Sloterdijk)

7/2/09

Extraña forma de vida (Enrique Vila-Matas)

Mi padre se pasaba las misas simulando que rezaba cuando en realidad se dedicaba a sostener un lúgubre zumbido. En compensación mi madre vivía feliz, ajena al drama, convencida de que era mi padre el hombre más piadoso de la tierra. Yo espiaba con angustia aquella felicidad de mi madre, y con el mismo ánimo angustiado espiaba la farsa pagana de mi padre. No sé quién dijo -creo que fue Conrad- que los hombres nacemos cobardes y que ésa era toda una dificultad. Justo cuando estaba más metido que nunca en su papel de ateo secreto, puse en práctica por primera vez en mi vida esa forma de discreción que sólo está al alcance de aquellos que, aun sin saberlo, están predestinados a ser , el día de mañana, los más consumados espías: esa maligna y refinada forma de discreción que consiste en aparentar la ignorancia de un secreto ante la persona que con tanta ilusión nos lo ha confiado.

Intolerable me pareció de pronto la ausencia o, mejor dicho, la desaparición de Dios. Antes estaba en toda partes, pero en este siglo se ha esfumado, se nos ha evaporado. Me dije de pronto: Dios mío, me pregunto quién nos ve. Y después me dije: A mi manera yo he tratado de comportarme como si fuera el Dios antiguo de los cristianos. A mi manera yo he tratado de estar en todas partes y espiarlo todo, espiar a todo el mundo. Extraña forma de vida.
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(Extractos de Extraña forma de vida)

El bebé de Miriám

Título: En el nombre de la madre ( In nome della madre ) Autor: Erri de Luca Año de aparición: 2006 Edición: Ediciones Siruela, 107 pági...