28/10/08

Despierta y lee (Fernando Savater)



Savater se ha metido en el circo del premio Planeta. Ahora lo veremos casi a diario por televisión y lo escucharemos por todas las radios del país. No es la primera vez que se enreda en el circuito promocional del señor Lara: ya quedó finalista del premio hace años con El jardín de las dudas. Savater tiene por tanto experiencia como novelista pero, como dijo en algún lugar Vargas Llosa, una novela, cuantas más páginas, mejor. Y hay algo en Fernando Savater que tiende más a Borges que a Tolstói. Tiende a producir magníficas brevedades.

Este libro recopila 68 de esas miniaturas (algunas de poco más de tres páginas) en las que trata todo tipo de temas: recupera autores desconocidos u olvidados (Groethuysen, Julien Benda, Erich Fromm), recuerda sus ídolos cinematográficos (Tiburón, Vincent Price), se aproxima a lo filosófico (Ética de la alegría) o comenta la obra de sus amigos (Rafael Sánchez Ferlosio, Jon Juaristi).

359 pág., Alfaguara 1998

22/10/08

La noche del oráculo (Paul Auster)




Recuerdo la primera vez que vi a Paul Auster en televisión, allá por los años 90, quizás su mejor momento: un hombre de voz espesa y gafas oscuras (la entrevista se la hicieron en un lugar muy soleado), un tipo que rezumaba glamour, muy por encima de la media del ambiente literario, lleno de gente poco fotogénica (digámoslo así). El Auster que ha venido a España a promocionar su última novela ya ha cumplido los 60, empieza a parecer anciano (ciertos gestos, cierta indolencia), es un hombre que tiene mucho más en el pasado que por delante.

La noche del oráculo cuenta la historia de Sidney Orr, un escritor neoyorquino que acaba de sobrevivir a una enfermedad muy grave. En la convalecencia intenta volver a escribir y crea el personaje de un editor al que le llega una novela inédita de una escritora ya muerta. Esa novela se titula también La noche del oráculo. Auster nos lleva así en un juego de ficción dentro de la ficción, con continuas pequeñas historias que aparecen como subtramas que se vuelven a bifurcar, un entramado agradable de leer que no apabulla con el empaque de las grandes obras.
Ed. Anagrama, 257 pág.

19/10/08


Hitler, horrendo en públicos ejércitos y en secretos espías, es un pleonasmo de Carlyle (1795- 1881) y aun de J. G. Fichte (1762- 1814); Lenin, una transcripción de Karl Marx. De ahí que el verdadero intelectual rehúya los debates contemporáneos: la realidad es siempre anacrónica.

Jorge Luis Borges, Dos libros

11/10/08


Kipling inventa un Amiguito del Mundo Entero, el libérrimo Kim: a los pocos capítulos, urgido por no sé qué patriótica perversión, le da el horrible oficio de espía. (En su autobiografía literaria, redactada unos treinta y cinco años después, Kipling se muestra impenitente y aun inconsciente.)


Jorge Luis Borges, Sobre The Purple Land

3/10/08

Todo lo que existe perecerá, así que míralo por encima del hombro, mantén la distancia, no intentes ser alguien, aspirar a algo, poseer algo. Actúa por medio del no actuar, tu fuerza radica en tu debilidad y tu impotencia, tu ingenuidad y tu ignorancia son tu sabiduría. Si quieres sobrevivir, conviértete en alguien inútil, innecesario. Instálate lejos de la gente, sé un ermitaño interior, conténtate con un cuenco de arroz y un sorbo de agua. Y lo más importante: observa el tao. Pero ¿qué es el tao? Es algo que, precisamente, no se puede decir porque la esencia del tao no es sino la imposibilidad de definirlo y de representarlo.

Ryszard Kapuscinski, Viajes con Heródoto

El bebé de Miriám

Título: En el nombre de la madre ( In nome della madre ) Autor: Erri de Luca Año de aparición: 2006 Edición: Ediciones Siruela, 107 pági...